La importancia de respetar los ritmos circadianos

la importancia de los ritmos circadianos

¿Sabías que respetar los ritmos circadianos te ayuda a ganar salud?

  • La temperatura de nuestro cuerpo durante la noche, antes de acostarnos, es mínima para poder favorecer el sueño.
  • El cortisol es necesario para la regulación de nuestro organismo y en situaciones de estrés se ve incrementado. A primera hora de la mañana, al despertarnos, también se eleva para mantenernos despiertos y en alerta. Además, es una hormona hiperglucemiante y hace que en las primeras horas de la mañana tengamos glucosa suficiente para tener energía.
  • La hormona del crecimiento se secreta en mayor cantidad en las primeras horas de la noche.
  • La melatonina se asocia a mantener y favorecer los horarios del sueño, ya que se sintetiza durante la noche.
  • La leptina es la hormona de la saciedad y se secreta más cantidad durante la noche para así tener la sensación de estar saciados y no despertarnos a medianoche para comer.

Todas estas funciones reflejan la normalidad y la coherencia durante un día de 24h, y tiene todo el sentido del mundo que sea así. Todos tenemos conductas que favorecen intuitivamente estas acciones. Pues bien, estas respuesta fisiológicas que tiene nuestro organismo vienen dadas, en parte, por los ritmos circadianos

Todos tenemos un sistema circadiario que genera ritmicidad y que regula el patrón de sueño y la conducta alimentaria. Aun así, todos estos patrones se pueden modificar a través de nuestros hábitos de vida, tales como el horario de sueño, la comida y el deporte.

Desajuste circadiario

Cuando no cuidamos nuestro entorno y empezamos a cronificar ciertas conductas como dormir poco, alimentarnos de manera poco saludable (grasas transgénicas, aceites refinados, procesados, azúcares, etc.), comemos en horario de noche, etc., se va a generar un ambiente favorable para dar lugar a problemas de salud y patrones alterados.

Resistencia a la insulina y a la leptina, sobrepeso y/o obesidad, alteraciones en el hígado, dislipidemias, alteraciones en la ingesta, hipertensión y procesos inflamatorios son algunos de los ejemplos más claros.

Ritmos circadianos en el sistema digestivo

El principal reloj circadiario se genera a nivel cerebral, pero no es el único. Todas las células de nuestro cuerpo tienen su propio reloj interno. Muchas reacciones biológicas que tienen que ver con la digestión se regulan y se alteran según el momento del día y el tipo de alimentación.

  • El vaciamiento gástrico y el tránsito intestinal son más rápidos por la mañana. 
  • Existen diferencias hormonales en el tracto intestinal; la leptina se eleva durante la noche para mantenernos saciados y la adiponectina se eleva por la mañana para abrir el apetito. 
  • Por la noche se toleran peor los azúcares debido a la menor cantidad de adiponectina y se acumulan más grasas en sangre. 
  • La variación de ácido clorhídrico gástrico varía a lo largo del día, por lo que la predisposición a tolerar mejor o peor una comida vendrá dada, en parte, según la hora de la ingesta. Por ejemplo, hay mayor acidez al final de la tarde-noche.

Actividad física 

Con respecto a la actividad física, es uno de los grandes formadores de los ritmos circadianos. Genera un reseteo en la expresión de los genes circadianos. En las personas que trabajan de noche o de turnos es importante que realicen ejercicio físico para permitir resetear estos biorritmos. Los ritmos circadianos son clave también a nivel de regulación del sistema inmune ya que una mala gestión de los ritmos circadianos induce a una mala gestión del butirato por parte de las bacterias; siendo el butirato un ácido graso de cadena corta clave para que haya una buena inmunorregulación.

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